El propósito de las empresas: ¿Un «Por qué» o un «Para qué»?
by gab on septiembre 2, 2013
El otro día en el GeneXus Projects Day, Nicolás Jodal dio una charla de las que en GeneXus llamamos «Deportivas». Vino justo en un momento que acababa de repasar mi artículo «El Propósito, la Pasión y la Cultura» que tocaba un tema que tangencialmente mencionó Nicolás en su charla.
Lo que él contaba era bien interesante, basado en las enseñanzas del Dr. Ichak Adizes, y -si bien ya había tenido la suerte de recibir esta misma charla el año pasado, cuando Nicolás asumió como CEO y nos juntó a los Gerentes de GeneXus para contarnos qué esperaba de nosotros- esta vez hubo algo que agregó, casi al final, que me dejó pensando.
Hablando del propósito de las empresas (por qué una empresa hace lo que hace), él mencionó, como al pasar, que a él, en su práctica cotidiana, le servía más preguntar «Para qué» en lugar del «Por qué», argumentando que el preguntar el «por qué» llevaba a cuestiones más filosóficas.
Así que me quedé pensando. ¿Por qué o Para qué?
El preguntar «Para qué», es utilitario. Es claro porqué es que sirve preguntar «para qué». ¿Para qué hago esto? Para lograr algo. Pero para qué no es una pregunta de propósito, sino una pregunta de objetivo. ¿Para qué hago algo? ¿Qué quiero conseguir? ¿Qué espero cosechar con este curso de acción?
Como yo lo entiendo, al menos, y no quita que lo que Nicolás diga tenga su practicidad, el Propósito de una empresa es su razón de ser, lo que la define, no lo que quiere lograr. Es una cuestión claramente filosófica, no utilitaria.
En GeneXus, por ejemplo, su razón de ser es «Simplificar el Desarrollo de Software, automatizando todo lo que pueda ser automatizado».
Es lo que nos define como empresa.
¿Qué esperamos lograr? o ¿Para qué lo hacemos? Para que los desarrolladores y empresas trabajen menos en las cosas que agregan menos valor y pongan su foco en las cosas que dan más valor. Para que les sea sencillo perdurar en el tiempo, aunque cambien las tecnologías. Para que puedan permanecer flexibles a los cambios sin tanto esfuerzo.
Es cierto que el preguntar ¿Por qué? hacemos algo puede llevar a unas discusiones más filosóficas, pero esa es la razón de tener un propósito como empresa. Lo que me hace diferente no es el objetivo por el que lo hago (el para qué), sino la razón que mueve mis fibras, me hace vibrar, me define.
Y esa definición filosófica es paradojicamente muy utilitaria, aunque parezca que no, porque da un patrón sobre el que medir las cosas que hacemos:
– Evaluar trabajo: Esto que estamos haciendo, ¿está alineado con el propósito de la empresa?
– Orientar decisiones: Esta persona que estamos considerando, ¿puede aportar conocimiento y actitudes que nos ayuden a cumplir nuestro propósito?
– Innovar: ¿Qué significa hoy en día «Simplificar el desarrollo de Software…»? Ciertamente no lo que significaba hace más de 20 años cuando se fundó la empresa. ¡Por eso mismo, es útil esa definición «filosófica»!
Si es clara, certera y -más importante- auténtica, nos va a permitir adaptarnos a los cambios, identificar los nuevos desafíos y estar preparados para afrontarlos, y va a ayudar a que las personas que trabajan en la empresa comprendan por qué están allí, va a facilitar la motivación y afianzar la comunidad bajo un paraguas único, dando un sentido de orgullo y pertenencia.
Eso es lo que logra un propósito que es simple, enfocado, inspiracional, creíble y demostrable en acciones.
Desde hace más de 20 años, el «Por qué» de GeneXus ha sido «Simplificar el Desarrollo de Software, automatizando todo lo que pueda ser automatizado», y, con una razón de ser tan clara, siempre le va a ser fácil darse cuenta de cuáles son las acciones que necesita realizar.
¿Para qué? Para poder hacerlo por más de 20 años más.
¿Por qué? Porque eso es quién somos.
Actualizado el 5 de Setiembre.
One comment
Charlando con Breogán acerca del artículo, me comentaba que si hacemos las cuentas, en GeneXus estamos hace 29 años haciendo esto de «Simplificar el Desarrollo de Software, automatizando todo lo que pueda ser automatizado» (lograr la primera versión del producto llevó años de investigación).
29 años y un propósito que sigue vigente.
¿Quién pudiera, no?
by gab on septiembre 5, 2013 at 1:19 pm. #