Gabriel Simonet, indeed

Esta es la primera parte de un artículo que consta de dos o tres (veremos) secciones: De cómo Goolge logró entrar en tu casa, de cómo logró promocionar productos en tu casa y de cómo planea venderte más, mejor y usando tu propia cabeza (y las de los demás) contra ti. by gab

Hace varios años ya, Google se impuso como el motor de búsqueda por excelencia en la mayor parte del mundo.

Lo hizo de una manera que parece sencilla al contar: Definió variables, observó patrones y los convirtió en números que le sirvieron para imponerse en el mercado de las búsquedas.

Con gran capacidad analítica, Google resumió la compleja problemática que implica determinar cuál es el mejor resultado para una búsqueda de palabras claves cualquiera, en tres aspectos/conceptos claros, comprensibles y medibles.

1. Qué declara ser la página web (metatags)
2. Qué se lee de la página que es (contenidos)
3. Qué (y cuánto) dicen otras páginas de esa página (referencias)

En cierta manera este proceso (convertido en una maquinaria matemática temible) es el mismo proceso que se utiliza para definir si un candidato es el ideal para un puesto de trabajo determinado:

Se lee el CV (1. qué declara el candidato ser), se entrevista para intentar ver y comprobar la veracidad de lo declarado (2. se “lee” del candidato lo que es) y se verifican las apreciaciones surgidas de los puntos anteriores comprobando sus referencias (3. Qué dicen otros del candidato).

Con estas tres piedras angulares Google procedió a procesar las páginas de Internet, una a una y en el orden de millardos, buscando calcular su importancia en función de esos aspectos, a través de análisis estadísticos. Recorriendo, contando, comprendiendo y recordando.

A las páginas con mayor congruencia entre lo que declaraban ser, lo que contenían y con la mayor cantidad de referencias se las calificó mejor, y -en función de problemas, inconsistencias o falta en alguno de los 3 aspectos-, las páginas recibían más o menos puntos. La receta exacta para calcular, ponderar, juzgar y fusilar sólo la conoce Google -que la cambia regularmente ajustándose a un mundo que aprende y busca hacer trampas- pero este núcleo conceptual se mantiene a lo largo del tiempo y ha sido incluso replicado o utilizado de base por otros buscadores (y es atacada diariamente por los profesionales del SEO o posicionamiento web, quienes intentan explotarla).

Calculando la densidad de palabras claves de las páginas, la relación entre éstas, los contenidos y las referencias, el buscador logró entonces cuantificar y sintetizar la realidad, de una manera que podrá no ser una verdad única e indiscutible, pero que da resultados prácticos y útiles, lo que es en definitiva el objetivo al realizar una búsqueda.

Así, con un gran aporte de ingenio y potencia de cálculo -y algo cercano a la magia-, Google consiguió los mejores resultados de búsqueda, se impuso como buscador y entró a nuestros hogares.

Así termina la parte 1 y comienza la parte 2. Continuará…

>> UPDATE: Nunca continuó. <<